Las Altas Capacidades Intelectuales (ACI) de una persona le destacan de forma sobresaliente sobre la media de la población. Las y los niños de alto nivel intelectual necesitan educación especial, que atienda a los desafíos que -similar a un deportista de alta competición- requieren sus cerebros.
Luego de más de 14 años trabajando con niños y adultos de altas capacidades y superdotación (a partir de un coefiente intelectual de 120 y sobre ello), tienden a aparecer unas necesidades educativas especiales que normalmente la normativa en Latinoamérica son desconocidas por las normativas y legislaciones (ver normativa comparada en nuestra Web).
Normalmente cuando las ACI no son debidamente atendidas suponen potencialmente una desventaja, pues generan frustración y hasta depresión en los estudiantes, cuyo desarrollo emocional y social se ve más afectado por la hipersensibilidad que muchas y muchas personas generan en esta condición.
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