Hablamos de altas capacidades intelectuales cuando los test aceptados mundialmente para medir el coefiente intelectual detectan que una persona posee una evaluación superior a 120, lo que representa al 10% superior de la población (antecedentes globales), y hablamos de superdotación cuando el coefiente intelectual igual de la persona es superior a 130 puntos en los test, lo que supone aproximadamente un porcentaje cercano al 2% de la población mundial estimada.